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En los albores del año electoral, el interés de los uruguayos por la política no es extremadamente alto, pero es mayor que hace 5 años, y que en el resto de América Latina. Entre los jóvenes, las mujeres, en el interior del país y en las personas de menor educación, el interés en la política disminuye notablemente.
Los temas que los uruguayos perciben como principales problemas del país se han mantenido estables en el último año. Las referencias a la inseguridad son más altas en Montevideo, y en los estratos socio-económicos más altos. En el interior del país y en los sectores medio bajos y bajos, son más relevantes las menciones al desempleo.
Las percepciones sobre la marcha de la economía se han recuperado significativamente el último año y medio. Si bien permanecen algunos temores, ha disminuido la expectativa de suba de precios, y de deterioro del mercado de empleo. Los juicios están segmentados por nivel socio-económico, y por identidades políticas.
La economía se aceleraría este año, con menor creación de empleo y algo más de inflación.
En diciembre el Frente Amplio alcanza el 45% de las simpatías políticas de los uruguayos, superando en 7 puntos a la suma de los partidos de la Coalición Multicolor (38%). La diferencia entre los bloques ha sido estable a lo largo del año. En la antesala del año electoral el Frente Amplio se encuentra en una posición ventajosa, aunque lejos de ser definitiva.
Tras los episodios vinculados al “caso Marset”, que desembocaron con la renuncia de varios jerarcas de gobierno a principios de noviembre, el presidente tiene una pérdida moderada de apoyo (con leve caída de la aprobación y aumento de la desaprobación), aunque mantiene un saldo neto positivo.