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Al comenzar noviembre, la preferencia de los uruguayos hacia la segunda vuelta del próximo domingo 24 muestra una situación competitiva, con Yamandú Orsi recibiendo el 45% de las adhesiones, contra el 41% de Álvaro Delgado. 6% de los uruguayos afirman que votarán en blanco o anulado, y 8% están indecisos.
La encuesta y proyecciones de Equipos, cerradas al 22 de octubre, muestran una alta probabilidad de que haya balotaje el 24 de noviembre, incertidumbre sobre las mayorías parlamentarias, y climas no favorables a la aprobación de los plebiscitos.
¿Qué efectos generan habitualmente los ciclos electorales sobre las variables macroeconómicas? ¿Qué tanto ha mejorado la confianza del consumidor y a partir de qué componentes? ¿La mejora se explica más bien por el avance de los indicadores económicos de los hogares o por los efectos positivos del ciclo electoral?
La evaluación de los uruguayos sobre el desempeño del presidente Lacalle Pou mantiene un saldo positivo estable los últimos meses. La aprobación es muy alta en su bloque político, y también es mayoritaria (aunque menos intensa) entre los indecisos. Por el contrario, la amplia mayoría de los votantes del Frente Amplio desaprueba su trabajo.
En agosto el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se ubicó en 55,8, manteniéndose así relativamente estable con respecto a la medición anterior y permaneciendo, por tanto, dentro de la zona de moderado optimismo.