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En abril el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se situó en torno a 52,9, lo que implica un retroceso con respecto a las dos mediciones previas, correspondientes a febrero (55) y a octubre (57,3).
Nuestro vecino dio un paso importante hacia la liberalización cambiaria, aunque con riesgos.
En esta nota nos proponemos realizar una breve actualización del análisis que realizamos hace 6 meses sobre la situación y perspectivas de los países de la región.
Si el real se mantiene débil, propiciará impactos negativos apreciables sobre nuestra economía
¿Qué efectos generan habitualmente los ciclos electorales sobre las variables macroeconómicas? ¿Qué tanto ha mejorado la confianza del consumidor y a partir de qué componentes? ¿La mejora se explica más bien por el avance de los indicadores económicos de los hogares o por los efectos positivos del ciclo electoral?
En agosto el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se ubicó en 55,8, manteniéndose así relativamente estable con respecto a la medición anterior y permaneciendo, por tanto, dentro de la zona de moderado optimismo.